VI. SISTEMAS INTEGRALES DE CUIDADOS

Introducción

Desde hace unas décadas, la ONU está trabajando en un nuevo sistema integrado en los servicios sociales. Al igual que ocurrió con la seguridad social donde se crearon programas específicos como las pensiones, se está consolidando un nuevo sistema orientado al cuidado que ya se aplica en países como Suecia, Dinamarca, Alemania, Bélgica o España.

Según este organismo internacional, los Sistemas Integrales de Cuidados son “el conjunto de acciones públicas y privadas encaminadas a cuidar, atender, asistir y apoyar a las personas dependientes y a aquellas que se dedican a cuidarlas”. En este sentido, el sistema engloba acciones tanto del sector público como del privado y del denominado tercer sector. Reconoce, además, que el cuidado deja de pertenecer al ámbito privado y pasa a formar parte de las políticas sociales con el fin de atender directamente las necesidades básicas de la vida diaria. Y ya no sólo tienen en cuenta a las personas dependientes sino también a las cuidadoras como figura esencial. Se trata de dar un paso más en el reconocimiento de los derechos de las cuidadoras profesionales, a la vez que trabaja en la asistencia a los familiares cuidadores, aliviando la carga del cuidado a través de políticas de ayudas asistenciales y económicas.

La esencia fundamental de estos sistemas es reducir y redistribuir las cargas del cuidado partiendo del principio de universalidad y acceso efectivo, asumiendo que el cuidado es un derecho tanto para las personas dependientes como sus familiares y garantizando una oferta de cuidados de calidad, independientemente de los recursos económicos, origen, raza, sexo o religión.

Por lo que se refiere a las cuidadoras familiares y profesionales, el sistema se rige por el principio de igualdad y no discriminación, poniendo interés en el pago de una remuneración adecuada y justa y el establecimiento de unas condiciones de trabajo dignas.

Debido a la complejidad de los cuidados, se establecen un conjunto de servicios, instituciones, programas y prestaciones económicas con el objetivo de reducir las cargas familiares asegurando un sistema de calidad.

Partiendo de esta base, en España, América Latina y el Caribe encontramos:

·         Servicios de ayuda a domicilio, teleasistencia, de atención residencial o de prevención.

·         Instituciones como centros residenciales para mayores, centros de atención a personas con discapacidad física o centros de recuperación de personas con discapacidad física.

·         Prestaciones económicas para personas cuidadoras no profesionales, para asistencia personal o vinculadas al descanso de las personas cuidadoras.


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