V. PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA
La prevención de la dependencia es otro punto importante en el ámbito sociosanitario ya que se centra en identificar los factores de riesgo en aquellas personas más vulnerables. Busca retrasar las causas por las que una persona pueda perder su autonomía funcional o necesite asistencia importante para llevar a cabo actividades de la vida diaria.
En este sentido, son importantes los programas de detección
temprana, a través de evaluaciones periódicas, que ayuden a identificar aquellos
factores de riesgo de dependencia como enfermedades degenerativas, lesiones
graves o deterioro cognitivo. Una vez realizadas las evaluaciones, hay que
establecer un plan de atención personalizado que establezca las pautas a seguir
en la prevención y abordaje de la dependencia, teniendo en cuenta las
capacidades de la persona, sus necesidades, preferencias y objetivos en la
vida. Entre las pautas podemos destacar: a) llevar una dieta equilibrada, b)
practicar actividades de estimulación física y cognitiva, c) potenciar las
relaciones sociales y c) abandonar hábitos perjudiciales como el tabaco o el
abuso del alcohol.
También cobra importancia el apoyo a la autonomía de la
persona diseñando entornos seguros e inclusivos mediante la instalación de
ayudas técnicas, adaptaciones en el hogar o la eliminación de barreras
arquitectónicas.
Es importante tener en cuenta que la pasividad genera
dependencia. Si una persona no desarrolla sus habilidades, no ejercita la
psicomotricidad o las capacidades cognitivas, gradualmente puede perder
destreza hasta el punto en que necesite asistencia de terceros para llevar a
cabo las actividades más fundamentales en su vida diaria.
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